Deuteronomio 8:1-3
Cuatrocientos años como esclavos en Egipto, había calado muy profundamente en la vida de los hijos de Israel. La esclavitud, el trabajo no remunerado, la dureza del trato bajo el látigo egipcio, habían hecho mella en la mente, el corazón, el alma de los hebreos. Aprendieron a murmurar, a no estar contentos con nada, a guardar rencor contra sus opresores, a tener malas actitudes, etc.
Dios les envió un libertador quien con la ayuda del Dios Todopoderoso los sacó con demostración de poder sobrenatural, divino. Las diez plagas doblegaron el corazón endurecido de Faraón y los dejó ir. Salieron de Egipto llenos de presentes de oro, plata, bronce, vestidos, mantos, y esperanza.
Salieron de Egipto, pero Egipto no salió de sus corazones, muchos recuerdos quedaron en sus mentes, fueron tentados a regresar a Egipto, a los ídolos, a la comida de Egipto.
Dios tuvo que probarlos “para saber lo que había en su corazón, para saber si guardarían o no sus mandamientos”.
No es acaso parte de nuestra historia, fuimos rescatados de la esclavitud que produce el pecado, y ahora en Cristo todavía quedan los recuerdos, las actitudes aprendidas, los malos hábitos repetitivos, las heridas provocadas por insultos, acusaciones falsas o ciertas que no queríamos que se descubriesen, etc. Todas estas cosas tienen que cambiar, tenemos que dejar al hombre viejo, tenemos que renunciar a esas cosas que nos atraían, todo lo que antes nos parecía normal, bien, porque todo el mundo las hacía, ahora son puestas bajo la lupa de la Palabra de Dios, por nuestra conciencia.
Cada uno decide obedecer o no a la Palabra que dice, “Haced morir lo terrenal en vosotros”. Este es un proceso de renuncia al Yo, diaria y continua.
Jesús dijo: “El que quiere seguir en pos de mi, niéguese a si mismo, tome su cruz y sígame, Porque todo aquel que quiera salvar su vida, la perderá y todo el que pierda su vida por causa de mi, la hallará” Mateo 16:24-25. Ese negarse a si mismo es el proceso de dar muerte al Yo, y dejar que la vida del Cristo resucitado fluya dentro de nosotros en la persona del Espíritu Santo que nos ha sido dado.
A.- Pruebas del creyente:
Son los métodos usados por Dios para probar a sus hijos.
Dios probó a Abraham exigiéndole un gran sacrificio Génesis 22:1
A Salomón dándole la oportunidad de escoger 1º Reyes 3:5
Proponiéndoles tareas imposibles Juan 6:5-6
Permitiéndoles el sufrimiento Hechos 16:23-24
Permitiéndoles tentaciones Santiago 1:2-3
Retrasando la respuesta a la oración Juan 11:6,21
B-. Actitud de los creyentes frente a la prueba:
Veamos cuál fue la actitud de cada una de estas personas ante la prueba y aprendamos de ellos:
En el caso de Abraham persistió en obediencia.
En el caso de Salomón, él pidió sabiduría de Dios, y el Señor le añadió riquezas.
En el caso de Felipe asombro y en los discípulos obediencia.
Pablo y Silas en la cárcel oraban y cantaban después de haber sido azotados con varas y Dios envió un terremoto y los liberó.
En el caso de Lázaro, aunque sus hermanas creían en el Señor Jesucristo, y creían en la resurrección de los muertos en el día final. Ellas estaban acongojadas, tristes y llorando sin esperanza, no creyeron lo que Jesús les hablaba, que Él tenía el poder para resucitar a su hermano de la tumba. Ellas le hicieron referencia a la resurrección final.
¿Cuál de estas es nuestra actitud frente a los problemas, frente a las circunstancias difíciles que nos toca vivir?, ¿Cómo estamos enfrentando la tentación? ¿Recibimos las adversidades como pruebas y le damos la gloria a Dios que tiene todo bajo su control?
Necesitamos estar preparados para la Venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, todas las señales de Mateo 24 se están cumpliendo y Jesús dijo: “De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca” Mateo 24:34 ¿Qué generación?, la generación que vea estas señales. Como en los días de Noé. ¿No son estos los días de Noé? La gente vive su vida como si nada hubiese a pasar, sin tener en cuenta a Dios en sus vidas. O como los días de Sodoma, ¿Acaso no se ve en la televisión que los programas de mucho ratings son conducidos por homosexuales declarados abierta y públicamente como tales?, y en las grandes ciudades del mundo ¿no se ven los desfiles gay y la lucha del poder gay para que se legalice el matrimonio homosexual?. ¿Y qué creen que piensa Dios al respecto?
Estamos viviendo tiempos difíciles, tiempos de grandes cambios, tiempos de avivamiento, el cual viene precedido por un verdadero y genuino arrepentimiento.
Pueblo de Dios despierten, dispongan su corazón al arrepentimiento, basta ya de vidas frías o tibias, basta ya de servir a Dios a medias. Es tiempo de prepararse, es tiempo de orar, llorar, ayunar por las almas de nuestros familiares, amigos, vecinos que se pierden.
Ps Alfredo Monteza
sesabio@gmail.com
Misión Bíblica Emmanuel de Salamanca
Av. Euterpe 236 Colegio Cristo de Nazareth
Alt. Cuadra 11 de la Av. Los Quechuas
Reuniones Miércoles 7-9 p.m.
Domingo 10-12 a.m.
miércoles, 8 de abril de 2009
sábado, 28 de marzo de 2009
La Autoridad del Hijo
Lectura Bíblica: Juan 5:1-9
Cuando Jesús vino a este mundo muchos creyeron en Él, pero otros no creyeron que fuese el Mesías el enviado de Dios, una por los conceptos vertidos por la llamada religión de la época, el Judaísmo. La religión de la época en que vivió Jesús enseñaba que ser rico es tener el favor de Dios y que los pobres por el contrario no tenían el favor de Dios, por lo tanto el Mesías debería ser un grande, un hombre rico y distinguido.
Cuado vieron a Jesús pobre humilde, no le creyeron. Vieron los milagros que Jesús hacía pero estaban ciegos. Es más los dirigentes judíos acudían a Jesús para ver si caía en alguna contradicción con respecto a la Ley de Moisés o la ley de los romanos para tener de qué acusarle.
Le hacían preguntas solo para tentarle: (Lucas 20:22-25)
- ¿Nos es lícito dar tributo a Cesar o no?
- ¿Por qué me tentáis hipócritas?
- Mostradme la moneda, ¿Dé quien tiene la imagen y la inscripción?
- Del César
- Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
O cuando trajeron una mujer: (Juan 8 :3-7)
- Esta mujer ha sido sorprendida en el mismo acto del adulterio, y en la Ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú pues ¿qué dices?
- El que de vosotros esté sin pecado, tire la primera piedra.
O cuando le preguntaron respecto a sus milagros: (Lucas 20:1-8)
- ¿Con qué autoridad haces estas cosas?
- Yo también os haré una pregunta: ¿El bautismo de Juan de quién era, del cielo o de los hombres?
- Si decimos del cielo nos dirá ¿Por qué, pues no lo creísteis?, y si decimos de los hombres el pueblo nos apedreará. No sabemos
- Yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas.
1.- Un hombre paralítico
Hubo una fiesta de los judíos y Jesús subió a Jerusalén, y cerca de la puerta de las ovejas estaba el estanque de Bethesda (Casa de misericordia).
Cada cierto tiempo bajaba un ángel al estanque y movía las aguas, el primero que entraba al agua quedaba sano de cualquier enfermedad. Una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, esperaban el movimiento de las aguas con un aire de esperanza.
Había entre la multitud un hombre paralítico desde hacía 38 años. No podía mover su cuerpo, sus músculos no respondían. Sus nervios no transmitían las órdenes del cerebro.
Jesús llegó y lo vio y supo que llevaba allí mucho tiempo. El Dios de misericordia llegaba a casa de la misericordia por amor de un hombre que no podía moverse y a pesar que estaba en este lugar de milagros, no podía llegar al agua, y cuando lo arrastraban hacia ella, otro lo ganaba y entraba al agua y era sanado.
Pero cuando toda esperanza se había perdido Dios mismo lo visitó personalmente y le dijo ¿Quieres ser sano? La pregunta no estaba de más, hay personas que no quieren ser sanados, se acostumbran a vivir de la lástima o de la caridad que provocan en los demás.
El paralítico le cuenta su historia, sus limitaciones, sus circunstancias, su frustración, en un tono que refleja toda su desesperanza.
Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho y anda. Y al instante fue sanado, tomó su lecho y anduvo. Y Jesús se apartó de la multitud y el que fuera paralítico ahora sano no lo vio.
Y era día de reposo y la religión oficial indicaba que no se deberían hacer trabajos en ese día. ¿No se han encontrado con personas que le han dicho: Si no guardas el día sábado no eres salvo?
2.- Los religiosos se enojan
Estaban listos para criticar, listos para juzgar cualquier acto en contra de sus reglamentos, de la ley, de su religión.
- Es día de reposo, no te es lícito llevar tu lecho.
- El que me sanó me dijo toma tu lecho y anda
- ¿Quién te sanó?
- Y el paralítico o sabía porque Jesús se apartó de la multitud
Después lo halló Jesús en el templo, donde el hombre había ido para dar gracias a Dios por su sanidad.
- Mira has sido sanado, no peques más para que no te venga alguna cosa peor.
- El hombre fue y avisó a los judíos que era Jesús.
Por esta causa los judíos perseguían a Jesús y procuraban matarlo porque hacía cosas en el día de reposo.
3.- Jesús se identifica como Dios
“Mi Padre hasta ahora trabajo y yo trabajo”, declaración que los judíos interpretaron como que Jesús decía ser hijo de Dios haciéndose igual a Dios. Dios nuestro padre sigue trabajando sosteniendo el universo y producir la nueva creación.
“No puede el Hijo hacer nada si no lo ve hacer al Padre”, admitía su completa dependencia y subordinación al Padre. La verdadera condición de Hijo está en aprender del Padre y reproducir lo que de Él se ve.
“Mayores cosas le mostrará” “Como el Padre resucita los muertos”, el Padre auxilia la percepción del Hijo revelándole todas las cosas que hace. Las cosas mayores, no solo sanar alguna enfermedad incurable para la ciencia médica, sino aún resucitar a los muertos.
“El Padre a nadie juzga sino el Hijo”, la segunda esfera en que se manifiesta la autoridad divina del Hijo. La resurrección y el juicio son dos funciones escatológicas del Hijo de Dios.
“El que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna, y no vendrá a condenación mas a pasado de muerte a vida”, El Hijo tiene autoridad de impartir vida, en el presente y en el futuro. “Vendrá el día cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz, y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida”.
Ps Alfredo Monteza
sesabio@gmail.com
Cuando Jesús vino a este mundo muchos creyeron en Él, pero otros no creyeron que fuese el Mesías el enviado de Dios, una por los conceptos vertidos por la llamada religión de la época, el Judaísmo. La religión de la época en que vivió Jesús enseñaba que ser rico es tener el favor de Dios y que los pobres por el contrario no tenían el favor de Dios, por lo tanto el Mesías debería ser un grande, un hombre rico y distinguido.
Cuado vieron a Jesús pobre humilde, no le creyeron. Vieron los milagros que Jesús hacía pero estaban ciegos. Es más los dirigentes judíos acudían a Jesús para ver si caía en alguna contradicción con respecto a la Ley de Moisés o la ley de los romanos para tener de qué acusarle.
Le hacían preguntas solo para tentarle: (Lucas 20:22-25)
- ¿Nos es lícito dar tributo a Cesar o no?
- ¿Por qué me tentáis hipócritas?
- Mostradme la moneda, ¿Dé quien tiene la imagen y la inscripción?
- Del César
- Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
O cuando trajeron una mujer: (Juan 8 :3-7)
- Esta mujer ha sido sorprendida en el mismo acto del adulterio, y en la Ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú pues ¿qué dices?
- El que de vosotros esté sin pecado, tire la primera piedra.
O cuando le preguntaron respecto a sus milagros: (Lucas 20:1-8)
- ¿Con qué autoridad haces estas cosas?
- Yo también os haré una pregunta: ¿El bautismo de Juan de quién era, del cielo o de los hombres?
- Si decimos del cielo nos dirá ¿Por qué, pues no lo creísteis?, y si decimos de los hombres el pueblo nos apedreará. No sabemos
- Yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas.
1.- Un hombre paralítico
Hubo una fiesta de los judíos y Jesús subió a Jerusalén, y cerca de la puerta de las ovejas estaba el estanque de Bethesda (Casa de misericordia).
Cada cierto tiempo bajaba un ángel al estanque y movía las aguas, el primero que entraba al agua quedaba sano de cualquier enfermedad. Una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, esperaban el movimiento de las aguas con un aire de esperanza.
Había entre la multitud un hombre paralítico desde hacía 38 años. No podía mover su cuerpo, sus músculos no respondían. Sus nervios no transmitían las órdenes del cerebro.
Jesús llegó y lo vio y supo que llevaba allí mucho tiempo. El Dios de misericordia llegaba a casa de la misericordia por amor de un hombre que no podía moverse y a pesar que estaba en este lugar de milagros, no podía llegar al agua, y cuando lo arrastraban hacia ella, otro lo ganaba y entraba al agua y era sanado.
Pero cuando toda esperanza se había perdido Dios mismo lo visitó personalmente y le dijo ¿Quieres ser sano? La pregunta no estaba de más, hay personas que no quieren ser sanados, se acostumbran a vivir de la lástima o de la caridad que provocan en los demás.
El paralítico le cuenta su historia, sus limitaciones, sus circunstancias, su frustración, en un tono que refleja toda su desesperanza.
Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho y anda. Y al instante fue sanado, tomó su lecho y anduvo. Y Jesús se apartó de la multitud y el que fuera paralítico ahora sano no lo vio.
Y era día de reposo y la religión oficial indicaba que no se deberían hacer trabajos en ese día. ¿No se han encontrado con personas que le han dicho: Si no guardas el día sábado no eres salvo?
2.- Los religiosos se enojan
Estaban listos para criticar, listos para juzgar cualquier acto en contra de sus reglamentos, de la ley, de su religión.
- Es día de reposo, no te es lícito llevar tu lecho.
- El que me sanó me dijo toma tu lecho y anda
- ¿Quién te sanó?
- Y el paralítico o sabía porque Jesús se apartó de la multitud
Después lo halló Jesús en el templo, donde el hombre había ido para dar gracias a Dios por su sanidad.
- Mira has sido sanado, no peques más para que no te venga alguna cosa peor.
- El hombre fue y avisó a los judíos que era Jesús.
Por esta causa los judíos perseguían a Jesús y procuraban matarlo porque hacía cosas en el día de reposo.
3.- Jesús se identifica como Dios
“Mi Padre hasta ahora trabajo y yo trabajo”, declaración que los judíos interpretaron como que Jesús decía ser hijo de Dios haciéndose igual a Dios. Dios nuestro padre sigue trabajando sosteniendo el universo y producir la nueva creación.
“No puede el Hijo hacer nada si no lo ve hacer al Padre”, admitía su completa dependencia y subordinación al Padre. La verdadera condición de Hijo está en aprender del Padre y reproducir lo que de Él se ve.
“Mayores cosas le mostrará” “Como el Padre resucita los muertos”, el Padre auxilia la percepción del Hijo revelándole todas las cosas que hace. Las cosas mayores, no solo sanar alguna enfermedad incurable para la ciencia médica, sino aún resucitar a los muertos.
“El Padre a nadie juzga sino el Hijo”, la segunda esfera en que se manifiesta la autoridad divina del Hijo. La resurrección y el juicio son dos funciones escatológicas del Hijo de Dios.
“El que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna, y no vendrá a condenación mas a pasado de muerte a vida”, El Hijo tiene autoridad de impartir vida, en el presente y en el futuro. “Vendrá el día cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz, y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida”.
Ps Alfredo Monteza
sesabio@gmail.com
domingo, 25 de enero de 2009
La Transformación es obra del Espíritu Santo
Ezequiel 36:25-27
El domingo pasado hablamos acerca del nuevo nacimiento como requisito fundamental para ser hijo de Dios y gozar de su presencia. Decimos que el Nuevo Nacimiento es un proceso de transformación efectuada por el Espíritu Santo en nuestro ser, de modo que nuestra disposición de corazón, escala de valores, prioridades en la vida, naturaleza, son cambiadas para poder acercarnos a Dios con libertad y tener comunión de espíritu a Espíritu con Él.
Todo este proceso está escrito en Ezequiel 36:25 al 27,
25. Esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias, y de vuestros ídolos os limpiaré. Esto es perdón de pecados y purificación mediante el lavamiento representado por el agua. Nos habla de un proceso de purificación y santificación.
26. Os daré un corazón nuevo y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros. Corazón nuevo es decir, nos habla de una transformación profunda en nuestro ser que va ha influir en un cambio de nuestras emociones, sentimientos, voluntad. Cambio de espíritu es decir de nuestras actitudes, escala de valores, prioridades, van ha cambiar.
2º Corintios 5:17.
27. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu y haré que andéis en mis estatutos, guardéis mis preceptos y los pongáis por obra. Nos habla de la ayuda divina, constante, nos habla de la morada del Espíritu de Dios en nuestras vidas. Nos habla de comunión intima y personal con Dios Apocalipsis 3:20.
Todo empieza con nuestra voluntad y es necesario hacer para tener compañerismo con Dios, para ser hijos de Dios, y tener comunión con Él. Es decir que Dios nos prepara acá en la tierra para poder vivir con El en el cielo. La vida con Dios empieza en la tierra.
Tenemos una referencia en el Antiguo Testamento en 1º Samuel 10:1-9. Saúl ha salido de su casa en busca de unas asnas. Dios manda al profeta Samuel para que lo unja como rey de Israel. Como Saúl no lo iba a creer, Dios le da señales. Y eso es lo que sucede con muchos de nosotros, cuando nos dice el Señor que nos va ha bendecir no lo creemos. Samuel le da tres señales:
Hallarás dos hombres junto al sepulcro de Raquel los cuales le darán noticias sobre las asnas.
En la encina de Tabor encontrarás tres hombres que suben a Dios en Bethel, ellos te darán dos panes.
Luego entrarás a la ciudad y encontrarás una compañía de profetas, entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre.
El verso 9 dice: “…le mudó Dios su corazón; y todas estas señales acontecieron en ese día”.
Este es nuestro Dios, el Dios que transforma por medio de su Espíritu con poder, no eres tu con tus fuerzas, habilidades ni propósitos, es el poder sobrenatural de Dios el que te cambia y transforma, tu solo pon tu voluntad, tu obediencia, oído atento a la palabra de Dios y un corazón dispuesto al obrar de Dios.
Si quieres escuchar la voz de Dios dile así: “Dios dame oído atento para escuchar tu voz y te prometo obedecer”. No basta con escuchar y una vez escuchada la voz de Dios analizar si es conveniente o no hacerlo, si es lógico o no, si no me va ha poner en ridículo delante de los demás. Tienes que estar dispuesto a obedecer.
Si quieres ser mudado en otro hombre tienes que pasar por este proceso y en sentido figurado tienes que morir para que Cristo viva a través de ti. Tienes que morir a esos deseos egoístas, tienes que morir al pecado, tienes que morir a tu pasado, “Ya no vivo yo, mas Cristo vive en Mi” Gálatas 2:20.
1º Corintios 6:19 “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios y que no sois vuestros?
Recuerdan el Arca del Pacto, echa de madera envuelta en oro con dos ángeles de oro que apuntaban hacia el centro en la cual se manifestaba la presencia de Dios, inclusive hay una película El Arca perdida, con Indiana Jones, algunos quieren encontrar el Arca del Pacto para tener la presencia de Dios, pero a la luz de este pasaje, tu no necesitas encontrar el Arca del Pacto, tu eres el Arca del pacto, pues siendo templo del Espíritu Santo, en ti está la presencia de Dios.
Ilustración Nº 01:
Desde la Bahía de Nueva York hasta donde comienza el agua profunda se extiende un canal de casi veintiséis kilómetros de largo y sumamente angosto. En años pasados era bastante difícil navegar en el canal cuando había neblina o tempestad. Entonces, alguien ideó el plan de poner un cable, en el fondo del río arenoso, que trasmitiese signos eléctricos a través del agua, guiando así a los barcos a caminar por el centro del canal hasta llegar al mar.
Para el cristiano, el silbo apacible del Espíritu Santo le advierte que no está viviendo en la forma debida para que se vea la semejanza de Cristo en su vida. Tal como la señal eléctrica, el Espíritu Santo nos protege de los bancos de arena del pecado. Cuando nos falta mucho, algunas veces nos desanimamos.
Ilustración Nº 02
Un obrero de la General Motors había tratado de cortar cierto nuevo metal muy duro. Después de repetidos esfuerzos inútiles llevó el metal al administrador general de la corporación, quien era un reconocido ingeniero de automóviles e inventor, y le dijo que no podía cortarlo.
El le preguntó:
-¿Ha usado el diamante para cortar metales?
El trabajador dijo que no; y luego fue a tratar de hacerlo y pudo cortarlo con el diamante.
Entonces el administrador le dijo:
- El metal no es demasiado duro, sino que nuestras herramientas no son suficientemente fuertes.
Cristo sabía que las herramientas de los primeros discípulos no eran lo suficientemente fuertes para hacer el trabajo difícil que él les había asignado. El reconocía que la fortaleza humana no tenía la suficiente potencia para esparcir el evangelio en un mundo hostil. Por eso Cristo había insistido en que sus discípulos esperasen hasta que hubiera venido el Espíritu Santo en el día de Pentecostés, antes de dedicarse a la tarea de obedecer la gran comisión. Fueron preparados para su inmensa tarea por el poder del Espíritu Santo que vino a morar en sus vidas aquel día.
En semejante forma nuestras herramientas humanas son débiles para llevar a cabo el trabajo de Cristo y para vivir como Cristo. Cada uno de nosotros debe tener su propio Pentecostés, y eso ocurrirá cuando dejemos que el Espíritu Santo nos llene, lo cual puede hacerse ahora mismo.
¿Y después de haber recibido al Señor que sigue?
Tienes que crecer en tu relación con Dios, ¿cómo nos relacionamos con las personas? hablando, conversando:
La Oración es una conversación con Dios, es comunicarse con Dios, nuestro Padre, es compartir con el todas nuestra vivencias, con el Dios Hijo Jesucristo y es gozar del compañerismo del Dios Espíritu Santo Apocalipsis 3:10.
La lectura de la Biblia permitirá que Dios nos hable cada día, que el Espíritu Santo nos guíe y nos enseñe y nos revele todas las cosas que Dios tiene para nosotros, y aumentará nuestra fe.
Pidiendo a Dios perdón cada vez que fallamos. "Si confesamos nuestros pecados, Dios es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9).
Compartiendo tu fe con tus familiares y amigos, de acuerdo como Dios te hable a través de su palabra. Jesús dijo: "Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti" (Lucas 8:39).
Asistiendo regularmente a la iglesia, el compañerismo con los hermanos de la fe nos permitirá crecer mutuamente, ayudarnos mutuamente. "No dejemos de asistir a nuestras reuniones, . . .sino démonos animo unos a otros" (Hebreos 10:25).
Ps. Alfredo Monteza
Psa. Carmen Lozano de Monteza
sesabio@gmail.com
El domingo pasado hablamos acerca del nuevo nacimiento como requisito fundamental para ser hijo de Dios y gozar de su presencia. Decimos que el Nuevo Nacimiento es un proceso de transformación efectuada por el Espíritu Santo en nuestro ser, de modo que nuestra disposición de corazón, escala de valores, prioridades en la vida, naturaleza, son cambiadas para poder acercarnos a Dios con libertad y tener comunión de espíritu a Espíritu con Él.
Todo este proceso está escrito en Ezequiel 36:25 al 27,
25. Esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias, y de vuestros ídolos os limpiaré. Esto es perdón de pecados y purificación mediante el lavamiento representado por el agua. Nos habla de un proceso de purificación y santificación.
26. Os daré un corazón nuevo y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros. Corazón nuevo es decir, nos habla de una transformación profunda en nuestro ser que va ha influir en un cambio de nuestras emociones, sentimientos, voluntad. Cambio de espíritu es decir de nuestras actitudes, escala de valores, prioridades, van ha cambiar.
2º Corintios 5:17.
27. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu y haré que andéis en mis estatutos, guardéis mis preceptos y los pongáis por obra. Nos habla de la ayuda divina, constante, nos habla de la morada del Espíritu de Dios en nuestras vidas. Nos habla de comunión intima y personal con Dios Apocalipsis 3:20.
Todo empieza con nuestra voluntad y es necesario hacer para tener compañerismo con Dios, para ser hijos de Dios, y tener comunión con Él. Es decir que Dios nos prepara acá en la tierra para poder vivir con El en el cielo. La vida con Dios empieza en la tierra.
Tenemos una referencia en el Antiguo Testamento en 1º Samuel 10:1-9. Saúl ha salido de su casa en busca de unas asnas. Dios manda al profeta Samuel para que lo unja como rey de Israel. Como Saúl no lo iba a creer, Dios le da señales. Y eso es lo que sucede con muchos de nosotros, cuando nos dice el Señor que nos va ha bendecir no lo creemos. Samuel le da tres señales:
Hallarás dos hombres junto al sepulcro de Raquel los cuales le darán noticias sobre las asnas.
En la encina de Tabor encontrarás tres hombres que suben a Dios en Bethel, ellos te darán dos panes.
Luego entrarás a la ciudad y encontrarás una compañía de profetas, entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre.
El verso 9 dice: “…le mudó Dios su corazón; y todas estas señales acontecieron en ese día”.
Este es nuestro Dios, el Dios que transforma por medio de su Espíritu con poder, no eres tu con tus fuerzas, habilidades ni propósitos, es el poder sobrenatural de Dios el que te cambia y transforma, tu solo pon tu voluntad, tu obediencia, oído atento a la palabra de Dios y un corazón dispuesto al obrar de Dios.
Si quieres escuchar la voz de Dios dile así: “Dios dame oído atento para escuchar tu voz y te prometo obedecer”. No basta con escuchar y una vez escuchada la voz de Dios analizar si es conveniente o no hacerlo, si es lógico o no, si no me va ha poner en ridículo delante de los demás. Tienes que estar dispuesto a obedecer.
Si quieres ser mudado en otro hombre tienes que pasar por este proceso y en sentido figurado tienes que morir para que Cristo viva a través de ti. Tienes que morir a esos deseos egoístas, tienes que morir al pecado, tienes que morir a tu pasado, “Ya no vivo yo, mas Cristo vive en Mi” Gálatas 2:20.
1º Corintios 6:19 “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios y que no sois vuestros?
Recuerdan el Arca del Pacto, echa de madera envuelta en oro con dos ángeles de oro que apuntaban hacia el centro en la cual se manifestaba la presencia de Dios, inclusive hay una película El Arca perdida, con Indiana Jones, algunos quieren encontrar el Arca del Pacto para tener la presencia de Dios, pero a la luz de este pasaje, tu no necesitas encontrar el Arca del Pacto, tu eres el Arca del pacto, pues siendo templo del Espíritu Santo, en ti está la presencia de Dios.
Ilustración Nº 01:
Desde la Bahía de Nueva York hasta donde comienza el agua profunda se extiende un canal de casi veintiséis kilómetros de largo y sumamente angosto. En años pasados era bastante difícil navegar en el canal cuando había neblina o tempestad. Entonces, alguien ideó el plan de poner un cable, en el fondo del río arenoso, que trasmitiese signos eléctricos a través del agua, guiando así a los barcos a caminar por el centro del canal hasta llegar al mar.
Para el cristiano, el silbo apacible del Espíritu Santo le advierte que no está viviendo en la forma debida para que se vea la semejanza de Cristo en su vida. Tal como la señal eléctrica, el Espíritu Santo nos protege de los bancos de arena del pecado. Cuando nos falta mucho, algunas veces nos desanimamos.
Ilustración Nº 02
Un obrero de la General Motors había tratado de cortar cierto nuevo metal muy duro. Después de repetidos esfuerzos inútiles llevó el metal al administrador general de la corporación, quien era un reconocido ingeniero de automóviles e inventor, y le dijo que no podía cortarlo.
El le preguntó:
-¿Ha usado el diamante para cortar metales?
El trabajador dijo que no; y luego fue a tratar de hacerlo y pudo cortarlo con el diamante.
Entonces el administrador le dijo:
- El metal no es demasiado duro, sino que nuestras herramientas no son suficientemente fuertes.
Cristo sabía que las herramientas de los primeros discípulos no eran lo suficientemente fuertes para hacer el trabajo difícil que él les había asignado. El reconocía que la fortaleza humana no tenía la suficiente potencia para esparcir el evangelio en un mundo hostil. Por eso Cristo había insistido en que sus discípulos esperasen hasta que hubiera venido el Espíritu Santo en el día de Pentecostés, antes de dedicarse a la tarea de obedecer la gran comisión. Fueron preparados para su inmensa tarea por el poder del Espíritu Santo que vino a morar en sus vidas aquel día.
En semejante forma nuestras herramientas humanas son débiles para llevar a cabo el trabajo de Cristo y para vivir como Cristo. Cada uno de nosotros debe tener su propio Pentecostés, y eso ocurrirá cuando dejemos que el Espíritu Santo nos llene, lo cual puede hacerse ahora mismo.
¿Y después de haber recibido al Señor que sigue?
Tienes que crecer en tu relación con Dios, ¿cómo nos relacionamos con las personas? hablando, conversando:
La Oración es una conversación con Dios, es comunicarse con Dios, nuestro Padre, es compartir con el todas nuestra vivencias, con el Dios Hijo Jesucristo y es gozar del compañerismo del Dios Espíritu Santo Apocalipsis 3:10.
La lectura de la Biblia permitirá que Dios nos hable cada día, que el Espíritu Santo nos guíe y nos enseñe y nos revele todas las cosas que Dios tiene para nosotros, y aumentará nuestra fe.
Pidiendo a Dios perdón cada vez que fallamos. "Si confesamos nuestros pecados, Dios es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9).
Compartiendo tu fe con tus familiares y amigos, de acuerdo como Dios te hable a través de su palabra. Jesús dijo: "Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti" (Lucas 8:39).
Asistiendo regularmente a la iglesia, el compañerismo con los hermanos de la fe nos permitirá crecer mutuamente, ayudarnos mutuamente. "No dejemos de asistir a nuestras reuniones, . . .sino démonos animo unos a otros" (Hebreos 10:25).
Ps. Alfredo Monteza
Psa. Carmen Lozano de Monteza
sesabio@gmail.com
martes, 20 de enero de 2009
Dios atiende al quebrantado y humilde de espíritu
Daniel 10:12-19
En el mundo en que vivimos se confunde la humildad con la pobreza, ser humilde no es necesariamente ser pobre. La humildad de corazón que proclama la Biblia no tiene que ver con la pobreza o con la escasez de recursos, humildad para con Dios es acatar el mandato del Señor, someterse a su voluntad, respetar y obedecer la Santa Palabra. La humildad tiene que ver con una buena disposición de corazón hacia las cosas de Dios.
Dios habita con el quebrantado:
En Isaías 57:15 Dios dice, “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita en la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad y con el quebrantado y humilde de espíritu, para levantar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados”.
Dios que habita en las alturas, anida en el corazón del quebrantado y humilde de espíritu para levantar de su estado de postración al hombre y elevarlo a las alturas, para vivificar el corazón del que ya no tiene esperanzas.
Dios detiene su mirada en el pobre y humilde de espíritu:
Isaías 66:2 “Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová, pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu y que tiembla a mi palabra”. Otra vez se repite pobre y humilde de espíritu y se añade y tiembla a mi palabra.
Jesús es nuestro ejemplo de humildad delante de Dios su Padre:
Jesús dijo “Venid a mi todos los que estéis trabajados y cargados, que Yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas” Mateo 11:28-29.
Jesús se proclamó manso y humilde de corazón y en realidad lo era para con Dios su Padre, pero cuando se trataba de corregir un error era firme, e inquebrantable, de modo que cuando los cambistas y los vendedores de animales, hacían su negocio dentro del templo, tomo una cuerda hizo un látigo y los expulsó a todos. Humilde sí pero celoso para las cosas de Dios.
Jesús no desecha al quebrantado y humilde de espíritu:
Isaías 42:1-4 dice de Jesús: “No quebrará la caña cascada, ni apagará el pabilo que humeare”, la caña cascada es el carrizo, la caña frágil que se rompe cuando la pisan. Ni apagará el pabilo que ya no tiene llama, está para apagarse, está humeando. No desechará al quebrantado, al que está pasando por problemas, al que está frágil, ni menospreciará al que desfallece, al que no le queda aliento de vida, al desalentado.
Daniel se humilló voluntariamente y tuvo respuesta de Dios:
En la porción que leímos al principio Daniel estaba en un país extranjero, ya se cumplían setenta años de cautiverio y según la profecía de Jeremías, ellos volverían a su nación, Israel. Daniel estuvo afligido y preocupado pidiendo a Dios entender los tiempos y lo que deparaba Dios para su pueblo en esa época. Por espacio de tres semanas, estuvo buscando a Dios en ayuno, se humilló delante de Dios, y vino un ángel con la respuesta. (v12)
Dios no solo le respondió su petición, los designios de Dios no solo para su época sino también para los siglos venideros, aún hasta la venida del Señor y del fin del siglo.
La palabra nos llama a ser humillarnos delante de Dios:
“Humillaos, pues bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” 1º
Pedro 5:6-7.
¿Porqué vivir ansioso, preocupado, si la palabra nos enseña que el Señor Jesús quiere llevar nuestras cargas por nosotros?, habría menos estresados, menos ansiosos, menos personas con problemas de salud, si tan solo supiéramos esta verdad y la practicamos.
Nos humillamos delante de Dios cuando le damos el primer lugar en nuestras vidas:
Juan el Bautista dijo: “Es necesario que él crezca y que yo mengüe”, y esto es necesario hacer en nuestra vida si queremos llevar a Jesucristo al mundo, en nuestra vida, que Jesucristo que está en nosotros crezca y el Yo mengüe.
La pregunta es ¿estamos dispuestos para que Dios tomo control de nuestras vidas, estamos dispuestos a acatar las decisiones de Dios en lugar de las nuestras?, ¿Estamos dispuestos a obedecer su palabra, aunque no estemos del todo de acuerdo?
Ps. Alfredo Monteza
Tel 4513545 - 998744341
sesabio@gmail.com
En el mundo en que vivimos se confunde la humildad con la pobreza, ser humilde no es necesariamente ser pobre. La humildad de corazón que proclama la Biblia no tiene que ver con la pobreza o con la escasez de recursos, humildad para con Dios es acatar el mandato del Señor, someterse a su voluntad, respetar y obedecer la Santa Palabra. La humildad tiene que ver con una buena disposición de corazón hacia las cosas de Dios.
Dios habita con el quebrantado:
En Isaías 57:15 Dios dice, “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita en la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad y con el quebrantado y humilde de espíritu, para levantar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados”.
Dios que habita en las alturas, anida en el corazón del quebrantado y humilde de espíritu para levantar de su estado de postración al hombre y elevarlo a las alturas, para vivificar el corazón del que ya no tiene esperanzas.
Dios detiene su mirada en el pobre y humilde de espíritu:
Isaías 66:2 “Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová, pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu y que tiembla a mi palabra”. Otra vez se repite pobre y humilde de espíritu y se añade y tiembla a mi palabra.
Jesús es nuestro ejemplo de humildad delante de Dios su Padre:
Jesús dijo “Venid a mi todos los que estéis trabajados y cargados, que Yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas” Mateo 11:28-29.
Jesús se proclamó manso y humilde de corazón y en realidad lo era para con Dios su Padre, pero cuando se trataba de corregir un error era firme, e inquebrantable, de modo que cuando los cambistas y los vendedores de animales, hacían su negocio dentro del templo, tomo una cuerda hizo un látigo y los expulsó a todos. Humilde sí pero celoso para las cosas de Dios.
Jesús no desecha al quebrantado y humilde de espíritu:
Isaías 42:1-4 dice de Jesús: “No quebrará la caña cascada, ni apagará el pabilo que humeare”, la caña cascada es el carrizo, la caña frágil que se rompe cuando la pisan. Ni apagará el pabilo que ya no tiene llama, está para apagarse, está humeando. No desechará al quebrantado, al que está pasando por problemas, al que está frágil, ni menospreciará al que desfallece, al que no le queda aliento de vida, al desalentado.
Daniel se humilló voluntariamente y tuvo respuesta de Dios:
En la porción que leímos al principio Daniel estaba en un país extranjero, ya se cumplían setenta años de cautiverio y según la profecía de Jeremías, ellos volverían a su nación, Israel. Daniel estuvo afligido y preocupado pidiendo a Dios entender los tiempos y lo que deparaba Dios para su pueblo en esa época. Por espacio de tres semanas, estuvo buscando a Dios en ayuno, se humilló delante de Dios, y vino un ángel con la respuesta. (v12)
Dios no solo le respondió su petición, los designios de Dios no solo para su época sino también para los siglos venideros, aún hasta la venida del Señor y del fin del siglo.
La palabra nos llama a ser humillarnos delante de Dios:
“Humillaos, pues bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” 1º
Pedro 5:6-7.
¿Porqué vivir ansioso, preocupado, si la palabra nos enseña que el Señor Jesús quiere llevar nuestras cargas por nosotros?, habría menos estresados, menos ansiosos, menos personas con problemas de salud, si tan solo supiéramos esta verdad y la practicamos.
Nos humillamos delante de Dios cuando le damos el primer lugar en nuestras vidas:
Juan el Bautista dijo: “Es necesario que él crezca y que yo mengüe”, y esto es necesario hacer en nuestra vida si queremos llevar a Jesucristo al mundo, en nuestra vida, que Jesucristo que está en nosotros crezca y el Yo mengüe.
La pregunta es ¿estamos dispuestos para que Dios tomo control de nuestras vidas, estamos dispuestos a acatar las decisiones de Dios en lugar de las nuestras?, ¿Estamos dispuestos a obedecer su palabra, aunque no estemos del todo de acuerdo?
Ps. Alfredo Monteza
Tel 4513545 - 998744341
sesabio@gmail.com
Dios recompensa nuestra obediencia
Génesis 22: 1-18
¿Porqué a mi Señor? Es la expresión que escuchamos de muchos cristianos que están pasando por dificultades y se preguntan ¿Qué hice mal Señor?, en vez de preguntarle ¿Qué quieres enseñarme Señor?
22:1 “Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham”… todo en mi vida tiene un propósito, nada sucede al azar, todo en nuestra vida está bajo el control del Señor. Dios quiso probar a Abraham.
22:2 “Toma ahora a tu hijo, tu único Isaac, a quien amas, y vete al monte Moriah y ofrécelo allí en holocausto”. No le dijo que sacrificara a Ismael, le dijo que sacrificara a Isaac, para que estuviera seguro de quien se trataba. “A quien amas”, Dios conocía el corazón de Abraham, sabía que se inclinaba por Isaac, el hijo de la promesa.
22:3 “Y Abraham se levantó muy de mañana, enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo, cortó leña para el holocausto y se levantó y fue al lugar que Dios le dijo”. Me pregunto ¿Qué le dijo Abraham a Sara? :
- “voy a sacrificar a nuestro hijo”,
- “Dios me ha pedido que sacrifique a nuestro hijo”,
¿Que creen ustedes que Abraham habría hecho? Yo pienso que no le dijo nada a Sara, para no preocuparla. Se levantó muy temprano y preparó todo para el viaje. Antes que Sara se levante y le pregunte que iba a hacer.
Tal vez esa noche no pudo dormir pensando en lo que Dios le dijo. Recordando como Dios le prometió un hijo. Como Dios tuvo que hacer un milagro en su vida y en la vida de Sara quien era estéril y de edad avanzada. Recordó como nació el niño, como creció. Y ahora que se había encariñado con él Dios le dice ¿ofrécemelo en holocausto? Tal vez oró, le rogó a Dios, si ese era su deseo, pero no hubo respuesta.
22:4 “Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos” Tres días con sus noches de completa agonía. Tal vez rogó a Dios, pero los cielos parecían de bronce. Dios no parecía escuchar. No había respuesta. Pero no se desesperó.
22:5 “Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos y volveremos a vosotros” Al parecer tampoco compartió con sus siervos. Sus siervos de confianza, quienes lo conocían y habían caminado mucho tiempo con él, pero sabía en quien podía confiar, en el Dios que hace milagros. ¿Dios podría cambiar de parecer?
22:6 “Y tomó Abraham la leña para el holocausto y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos”. La puso sobre Isaac, o sea que no era ya un niño sino un jovencito, que podría llevar leña en sus espaldas y caminar. ¿No es este un cuadro de nuestro Señor Jesucristo?, llevando el madero para el sacrificio, y él sería el sacrificado.
22:7 “Padre mío, He aquí el fuego y la leña; mas ¿Dónde está el cordero para el holocausto?” Este jovencito estaba pensando y preguntándose, ¿papá parece que nos olvidamos de algo?, ¿Y el cordero?
22:8 “Dios se proveerá de cordero”. ¿Somos de los que nos preocupamos cuando algo falta, o de los que creemos firmemente que Dios hará un milagro, que Dios proveerá?
Si hay algo que podamos hacer, pues hagámoslo, pero si no lo podemos hacer porqué preocuparnos, ¿no es más sencillo confiar en Dios?
22:9 “edificó allí un altar, y compuso la leña, y ató a su hijo Isaac y lo puso en el altar sobre la leña” Ninguna respuesta en esos tres días, todo en el cielo estaba en silencio, Dios había hecho silencio y Él y sus ángeles estaban atentos a lo que estaba sucediendo en la tierra. El jovencito era también obediente, no replicó, no hizo nada, puso su vida en manos de su padre Abraham, en silencio, ni una voz, ni un reclamo, ni un reproche. Solo el viento y dos personas solas expectantes.
22:10 “Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo” No había vuelta atrás, habían llegado hasta aquí, era la plena voluntad de Dios aunque incomprensible. Tal vez Abraham pensó como Job: “Jehová dio, Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito”, o como dice Pablo: “pensando que Dios es poderoso para levantar aún de los muertos” Hebreos 11:19.
22:11 “Entonces el Ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo Abraham, Abraham” Dios había esperado tres días, expectante de lo que sucedía en la tierra, había llegado el momento y era este, que la prueba terminaría.
22:12 “No extiendas tu mano contra el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste a tu hijo, tu único” La prueba había terminado, con el reconocimiento de parte de Dios a la obediencia a toda prueba de Abraham.
22:13-14 “y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por los cuernos” Dios había provisto la salida a la prueba, ¿Cuántos días estaría el carnero allí en el zarzal. “Y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo”. Jehová Yireh, El Dios que provee.
22:15-18 “Y llamó por segunda vez, el ángel de Jehová a Abraham desde el cielo y dijo: Por mi mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de tus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz”.
Gracias a Dios por la obediencia de nuestro padre Abraham, la bendición de Dios ha llegado hasta nosotros, “en tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra”
Ps Alfredo y Carmen de Monteza
Tel. 4513545 -998744341
sesabio@gmail.com
¿Porqué a mi Señor? Es la expresión que escuchamos de muchos cristianos que están pasando por dificultades y se preguntan ¿Qué hice mal Señor?, en vez de preguntarle ¿Qué quieres enseñarme Señor?
22:1 “Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham”… todo en mi vida tiene un propósito, nada sucede al azar, todo en nuestra vida está bajo el control del Señor. Dios quiso probar a Abraham.
22:2 “Toma ahora a tu hijo, tu único Isaac, a quien amas, y vete al monte Moriah y ofrécelo allí en holocausto”. No le dijo que sacrificara a Ismael, le dijo que sacrificara a Isaac, para que estuviera seguro de quien se trataba. “A quien amas”, Dios conocía el corazón de Abraham, sabía que se inclinaba por Isaac, el hijo de la promesa.
22:3 “Y Abraham se levantó muy de mañana, enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo, cortó leña para el holocausto y se levantó y fue al lugar que Dios le dijo”. Me pregunto ¿Qué le dijo Abraham a Sara? :
- “voy a sacrificar a nuestro hijo”,
- “Dios me ha pedido que sacrifique a nuestro hijo”,
¿Que creen ustedes que Abraham habría hecho? Yo pienso que no le dijo nada a Sara, para no preocuparla. Se levantó muy temprano y preparó todo para el viaje. Antes que Sara se levante y le pregunte que iba a hacer.
Tal vez esa noche no pudo dormir pensando en lo que Dios le dijo. Recordando como Dios le prometió un hijo. Como Dios tuvo que hacer un milagro en su vida y en la vida de Sara quien era estéril y de edad avanzada. Recordó como nació el niño, como creció. Y ahora que se había encariñado con él Dios le dice ¿ofrécemelo en holocausto? Tal vez oró, le rogó a Dios, si ese era su deseo, pero no hubo respuesta.
22:4 “Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos” Tres días con sus noches de completa agonía. Tal vez rogó a Dios, pero los cielos parecían de bronce. Dios no parecía escuchar. No había respuesta. Pero no se desesperó.
22:5 “Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos y volveremos a vosotros” Al parecer tampoco compartió con sus siervos. Sus siervos de confianza, quienes lo conocían y habían caminado mucho tiempo con él, pero sabía en quien podía confiar, en el Dios que hace milagros. ¿Dios podría cambiar de parecer?
22:6 “Y tomó Abraham la leña para el holocausto y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos”. La puso sobre Isaac, o sea que no era ya un niño sino un jovencito, que podría llevar leña en sus espaldas y caminar. ¿No es este un cuadro de nuestro Señor Jesucristo?, llevando el madero para el sacrificio, y él sería el sacrificado.
22:7 “Padre mío, He aquí el fuego y la leña; mas ¿Dónde está el cordero para el holocausto?” Este jovencito estaba pensando y preguntándose, ¿papá parece que nos olvidamos de algo?, ¿Y el cordero?
22:8 “Dios se proveerá de cordero”. ¿Somos de los que nos preocupamos cuando algo falta, o de los que creemos firmemente que Dios hará un milagro, que Dios proveerá?
Si hay algo que podamos hacer, pues hagámoslo, pero si no lo podemos hacer porqué preocuparnos, ¿no es más sencillo confiar en Dios?
22:9 “edificó allí un altar, y compuso la leña, y ató a su hijo Isaac y lo puso en el altar sobre la leña” Ninguna respuesta en esos tres días, todo en el cielo estaba en silencio, Dios había hecho silencio y Él y sus ángeles estaban atentos a lo que estaba sucediendo en la tierra. El jovencito era también obediente, no replicó, no hizo nada, puso su vida en manos de su padre Abraham, en silencio, ni una voz, ni un reclamo, ni un reproche. Solo el viento y dos personas solas expectantes.
22:10 “Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo” No había vuelta atrás, habían llegado hasta aquí, era la plena voluntad de Dios aunque incomprensible. Tal vez Abraham pensó como Job: “Jehová dio, Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito”, o como dice Pablo: “pensando que Dios es poderoso para levantar aún de los muertos” Hebreos 11:19.
22:11 “Entonces el Ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo Abraham, Abraham” Dios había esperado tres días, expectante de lo que sucedía en la tierra, había llegado el momento y era este, que la prueba terminaría.
22:12 “No extiendas tu mano contra el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste a tu hijo, tu único” La prueba había terminado, con el reconocimiento de parte de Dios a la obediencia a toda prueba de Abraham.
22:13-14 “y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por los cuernos” Dios había provisto la salida a la prueba, ¿Cuántos días estaría el carnero allí en el zarzal. “Y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo”. Jehová Yireh, El Dios que provee.
22:15-18 “Y llamó por segunda vez, el ángel de Jehová a Abraham desde el cielo y dijo: Por mi mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de tus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz”.
Gracias a Dios por la obediencia de nuestro padre Abraham, la bendición de Dios ha llegado hasta nosotros, “en tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra”
Ps Alfredo y Carmen de Monteza
Tel. 4513545 -998744341
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