Lectura Bíblica: Juan 5:1-9
Cuando Jesús vino a este mundo muchos creyeron en Él, pero otros no creyeron que fuese el Mesías el enviado de Dios, una por los conceptos vertidos por la llamada religión de la época, el Judaísmo. La religión de la época en que vivió Jesús enseñaba que ser rico es tener el favor de Dios y que los pobres por el contrario no tenían el favor de Dios, por lo tanto el Mesías debería ser un grande, un hombre rico y distinguido.
Cuado vieron a Jesús pobre humilde, no le creyeron. Vieron los milagros que Jesús hacía pero estaban ciegos. Es más los dirigentes judíos acudían a Jesús para ver si caía en alguna contradicción con respecto a la Ley de Moisés o la ley de los romanos para tener de qué acusarle.
Le hacían preguntas solo para tentarle: (Lucas 20:22-25)
- ¿Nos es lícito dar tributo a Cesar o no?
- ¿Por qué me tentáis hipócritas?
- Mostradme la moneda, ¿Dé quien tiene la imagen y la inscripción?
- Del César
- Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
O cuando trajeron una mujer: (Juan 8 :3-7)
- Esta mujer ha sido sorprendida en el mismo acto del adulterio, y en la Ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú pues ¿qué dices?
- El que de vosotros esté sin pecado, tire la primera piedra.
O cuando le preguntaron respecto a sus milagros: (Lucas 20:1-8)
- ¿Con qué autoridad haces estas cosas?
- Yo también os haré una pregunta: ¿El bautismo de Juan de quién era, del cielo o de los hombres?
- Si decimos del cielo nos dirá ¿Por qué, pues no lo creísteis?, y si decimos de los hombres el pueblo nos apedreará. No sabemos
- Yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas.
1.- Un hombre paralítico
Hubo una fiesta de los judíos y Jesús subió a Jerusalén, y cerca de la puerta de las ovejas estaba el estanque de Bethesda (Casa de misericordia).
Cada cierto tiempo bajaba un ángel al estanque y movía las aguas, el primero que entraba al agua quedaba sano de cualquier enfermedad. Una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, esperaban el movimiento de las aguas con un aire de esperanza.
Había entre la multitud un hombre paralítico desde hacía 38 años. No podía mover su cuerpo, sus músculos no respondían. Sus nervios no transmitían las órdenes del cerebro.
Jesús llegó y lo vio y supo que llevaba allí mucho tiempo. El Dios de misericordia llegaba a casa de la misericordia por amor de un hombre que no podía moverse y a pesar que estaba en este lugar de milagros, no podía llegar al agua, y cuando lo arrastraban hacia ella, otro lo ganaba y entraba al agua y era sanado.
Pero cuando toda esperanza se había perdido Dios mismo lo visitó personalmente y le dijo ¿Quieres ser sano? La pregunta no estaba de más, hay personas que no quieren ser sanados, se acostumbran a vivir de la lástima o de la caridad que provocan en los demás.
El paralítico le cuenta su historia, sus limitaciones, sus circunstancias, su frustración, en un tono que refleja toda su desesperanza.
Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho y anda. Y al instante fue sanado, tomó su lecho y anduvo. Y Jesús se apartó de la multitud y el que fuera paralítico ahora sano no lo vio.
Y era día de reposo y la religión oficial indicaba que no se deberían hacer trabajos en ese día. ¿No se han encontrado con personas que le han dicho: Si no guardas el día sábado no eres salvo?
2.- Los religiosos se enojan
Estaban listos para criticar, listos para juzgar cualquier acto en contra de sus reglamentos, de la ley, de su religión.
- Es día de reposo, no te es lícito llevar tu lecho.
- El que me sanó me dijo toma tu lecho y anda
- ¿Quién te sanó?
- Y el paralítico o sabía porque Jesús se apartó de la multitud
Después lo halló Jesús en el templo, donde el hombre había ido para dar gracias a Dios por su sanidad.
- Mira has sido sanado, no peques más para que no te venga alguna cosa peor.
- El hombre fue y avisó a los judíos que era Jesús.
Por esta causa los judíos perseguían a Jesús y procuraban matarlo porque hacía cosas en el día de reposo.
3.- Jesús se identifica como Dios
“Mi Padre hasta ahora trabajo y yo trabajo”, declaración que los judíos interpretaron como que Jesús decía ser hijo de Dios haciéndose igual a Dios. Dios nuestro padre sigue trabajando sosteniendo el universo y producir la nueva creación.
“No puede el Hijo hacer nada si no lo ve hacer al Padre”, admitía su completa dependencia y subordinación al Padre. La verdadera condición de Hijo está en aprender del Padre y reproducir lo que de Él se ve.
“Mayores cosas le mostrará” “Como el Padre resucita los muertos”, el Padre auxilia la percepción del Hijo revelándole todas las cosas que hace. Las cosas mayores, no solo sanar alguna enfermedad incurable para la ciencia médica, sino aún resucitar a los muertos.
“El Padre a nadie juzga sino el Hijo”, la segunda esfera en que se manifiesta la autoridad divina del Hijo. La resurrección y el juicio son dos funciones escatológicas del Hijo de Dios.
“El que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna, y no vendrá a condenación mas a pasado de muerte a vida”, El Hijo tiene autoridad de impartir vida, en el presente y en el futuro. “Vendrá el día cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz, y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida”.
Ps Alfredo Monteza
sesabio@gmail.com
sábado, 28 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)